El proyecto se articula con resultados del equipo de la Dra. M. Barrón desde 1999 referidos al impacto de factores socioeconómicos, culturales y tecnológicos en los lazos familiares y extrafamiliares y en la comunicación cotidiana y se propone indagar de qué y cómo hablan los jóvenes cuando hablan de comunicación y cuáles son las estrategias que despliegan. Se analizarán realizaciones orales y escritas con abordaje sociodiscursivo interdisciplinario, centrado en subejes como prácticas de oralidad, lectura y escritura escolar, dificultades de los sujetos para instituirse como enunciatarios frente al uso de bibliografía, enseñanza de habilidades lingüísticas con paradigmas que dan escasa respuesta a identidades y necesidades actuales, interculturalismo en tiempos de diversidad, problemas de comunicación entre generaciones, descontento del joven con producciones escritas que no reflejan su intención comunicativa, logocentrismo en situaciones de formación profesional inicial y posinicial, transversalidad de la plabra en situaciones laborales y sociales, aprendizaje de una segunda lengua e impacto de las tecnologías en la reconfiguración de las prácticas de escritura. El marco teórico reside en Focault (1992), la teoría de la semiosis social de Eliseo Verón (2004), el análisis crítico del discurso (Maingueneau 1999) y la teoría de gestion de las prácticas y opciones discursivas de Mozejko y Costa. El objetivo general es analizar las representaciones que los jóvenes tienen acerca de sus prácticas discursivas. Se relevarán relaciones que los usuarios establecen entre sus producciones orales y escritas a fin de hipotetizar como los sujetos significan sus prácticas. Se llevará a cabo en diversos escenarios educativos de todos los niveles, públicos y privados de la ciudad de Córdoba y su conurbano con 50 jóvenes. Criterios de inclusión: edad -entre los 12 y los 29 años-, inserción en alguna institución educativa y disponibilidad, ya que la muestra es aleatoria e intencional. Se privilegiarán los discursos del joven, pero se recurrirá también a sus interlocutores a fin de obtener una perspectiva múltiple. La metodología será cualitativa, inscripta en el paradigma interpretativista. Procurará una representatividad tipológica y no estadística (Merlino 2009 y 2012) con observaciones, entrevistas en profundidad, “focus group” y autoinformes