Las políticas de ciencia, tecnología e innovación (CTI) son instrumentos indispensables para el desarrollo
de los países y la construcción de la economía y la sociedad del conocimiento. No obstante,
un análisis de estas políticas y de su impacto en diferentes países muestra que tal supuesto debe
ser matizado; en algunos casos, fuertemente. La evidencia revela que las políticas de CTI y, sobre
todo, su impacto, varían según los perfiles de cada país, en función de aquellos elementos diferenciales
referidos a sus rasgos productivos, la dotación de recursos humanos disponible, las capacidades
en investigación y desarrollo (I+D) y los distintos estilos de vinculación entre los actores públicos
y privados.
La diversidad de las políticas se expresa en el tipo de instrumentos que se utilizan, las estrategias
de inversión en capacidades de I+D, los instrumentos de vinculación, los sistemas de información,
los incentivos que se disponen para la movilización de los diferentes actores, tanto académicos como
productivos, y los estímulos a la cultura de la innovación. En razón de las diferencias tan marcadas
entre países, es evidente que no todas las políticas son trasladables de uno a otro, sin considerar los
contextos y sus eventuales similitudes. En el análisis de las políticas públicas es fundamental conocer,
cuando sea posible, el proceso previo a la adopción de las políticas, especialmente quién las propuso,
cómo se construyó la agenda y cuáles fueron los resultados alcanzados.
Un análisis de los países emergentes –Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica (BRICS), más Turquía
y México–, particularmente en el caso de los BRICS evidencia un gran número de heterogeneidades
en este terreno. Tal diversidad justifica la conveniencia de analizar las experiencias recientes de un número
de países emergentes, buscando dar con los “principios axiales” que caracterizan sus iniciativas
en CTI, con el propósito de formular propuestas de políticas de CTI para la Argentina. En tal sentido,
se identificaron hitos de política y su racionalidad, y se exploraron los vínculos con las estrategias de
desarrollo, construyendo modelos estilizados de las plataformas institucionales en CTI de los países
analizados.
Este documento registra decenas de programas e instrumentos aplicados en los países seleccionados.
Se examinan también las posibilidades de aplicar dichos instrumentos o políticas en la
Argentina.
El trabajo finaliza con un anexo donde sistematiza información de cada país. Analiza desde el
régimen institucional vigente, hasta el sistema educativo. Luego analiza el sistema institucional de
ciencia y tecnología, las principales universidades, la historia del sistema nacional científico- tecnológico
y los debates actuales vigentes en política de CTI; destaca los lineamientos de política actuales
de fomento a la innovación; estudia los planes de financiamiento público para instituciones de I+D;
y, en los casos donde fue posible identificarlo, desarrolla el sector estratégico al que apuesta el país.
En la mayoría de los BRICS y otros países emergentes existe una conciencia creciente acerca de
la importancia de impulsar la innovación como una vía para lograr el crecimiento económico, pero
las estructuras económicas, políticas y sociales no siempre influyen positivamente en el desenvolvimiento
de dichos procesos. China ha alcanzado el liderazgo mundial en campos avanzados, como la
nanotecnología, pero se señala que la rigidez del control político constituye un freno a la cultura de
la innovación en el tejido productivo.
China constituye una excepción en casi todas las dimensiones de análisis; resulta complejo tomarla
como parámetro para realizar algún tipo de comparación. Aun así, realiza grandes esfuerzos
para fortalecer procesos de sustitución de importaciones, especialmente de bienes de capital. Esto
implica procesos de aprendizaje muy intensivos en conocimiento, lo cual puede brindar lecciones
muy importantes para procesos de desarrollo económico y tecnológico en la Argentina.
En casos de países como Rusia, India y –especialmente– Brasil, resulta más sencillo poder identificar
programas y políticas de fomento que puedan ser adaptados a un contexto local con algunas
modificaciones. Las políticas que emplean estos países para fomentar el desarrollo de sus áreas estratégicas,
o las formas que definieron para solucionar algunas problemáticas sociales muy extendidas,
se constituyen en los principales aprendizajes que se pueden extraer de este estudio.
Una de las principales políticas que implementan los países para generar capacidades competitivas
a nivel global está constituida por el fomento a las áreas estratégicas. El caso brasileño resulta
paradigmático, con la creación de los fondos sectoriales. Esta herramienta contó, desde sus orígenes,
con la novedad de que los fondos para su ejecución provenían del mismo sector en el cual se terminarían
implementando. Aplicar una tasa a un sector económico estratégico parece una estrategia
adecuada para lograr una buena implicación de las empresas en las iniciativas públicas de fomento
de I+D; a la vez que genera una masa de recursos genuinos de un volumen tal que permite lograr un
impacto significativo.
Las políticas destinadas a atender las necesidades de las personas que se encuentran en la base de
la pirámide social constituyen un ejemplo interesante que ha cobrado gran impulso en las políticas
de innovación de la India. Tomar a este sector de personas desfavorecidas como sujeto de una política
de innovación específica brinda grandes oportunidades al país para pensar en un set de políticas e
instrumentos que puedan dar cuenta de necesidades sociales y económicas de sectores de la población
que no pueden acceder a toda una serie de bienes y servicios.
En lo que respecta a la formación de recursos humanos de alto nivel, se observó que la Argentina
no posee grandes programas de formación en el extranjero, a diferencia de Brasil que, con su emblemático
“Ciencia sin Fronteras”, envía a miles de investigadores a estudiar e investigar en el exterior. Si
bien este programa ha tenido evaluaciones dispares, por haber promovido la fuga de cerebros, o por
estar destinado a un sector de la población que no requería de tantas ayudas, resulta interesante para
pensar un instrumento que promueva un aumento en las capacidades de los investigadores locales.
Tanto enviándolos a trabajar y estudiar en centros de excelencia del extranjero, como invitando a investigadores
de alto nivel a radicarse temporalmente en el país.
Una de las falencias más importantes que se detectaron para el caso argentino está dada por la
carencia de un mercado de capitales sofisticado, que pueda dar cuenta de las necesidades surgidas
de su tejido de pymes, y de la comunidad de emprendedores que lanzan nuevas firmas al mercado.
En este caso, es necesario resaltar algunas experiencias internacionales, específicamente en los casos
de Brasil e Israel, que han podido subsanar dicha falencia con la creación de instrumentos de financiamiento
especializados en capital de riesgo. Más allá de que su funcionamiento está condicionado
por factores contextuales, sería deseable crear un set de instrumentos específicos para desarrollar
la industria de capital de riesgo en el país. Esto redundaría en una dinamización importante de las
empresas nuevas de base tecnológica, que tienen una propensión alta a incorporar innovaciones y a
crear empleos de alta calidad.
DIRECTOR DE PROYECTO: ALBORNOZ MARIO
INTEGRANTES DEL EQUIPO:
BARRERE RODOLFO ; OSORIO LAURA; SANCHEZ MACCHIOLI PABLO; TURKENICH MAGALI
INSTITUCIÓN: Centro Redes - CENTRO DE ESTUDIOS SOBRE CIENCIA, DESARROLLO Y EDUCACIÓN SUPERIOR
UNIDAD ACADÉMICA: Sin información
Clasificación temática
TEMA: Políticas educativas
AÑO DEL INICIO DEL PROYECTO: 2014